martes, 29 de enero de 2013

PASOS


 

Correrán sin temor
en la arena candente
sin un llanto oprimido.

Estos pies incansables
pasarán por los riscos
en busca de rostros dulces
y palabras reales. 

Me fugaré con el olvido
sin meditar el mañana

 

domingo, 20 de enero de 2013

LA NIÑA ENFERMA


 

En su alba cama de rosa y espuma
descansa la niña de inmensos ojos,
grandes uvas de plata y cristal.
Irradia ternura su frente amorosa,
su cabello rueda esplendor y belleza,
húmeda, fresca su boca de sueños
rosa brillando sus soles, besando las flores
a su tierno soñar… 

Su cuerpo abrazado de mar y de cielo
se dibuja en su alba cama de espuma y rosa.
Sus ojos esperan vigilantes…
interrogando al silencio,
deslizando su encanto, belleza y asombro,
la niña de inmensos ojos de uva de plata y cristal.

¡CRISTO JESÚS!


Dos mil años hace
que te espero.
¿Cuándo vendrás?
No me ciegue la luz
de tus cabellos. 

La tierra que nos diste
tiene hervor de silencios.
Todos quieren
un sonido de violín
en su estrella
y perdón de pecados. 

Tengo la mía
alojada en mi pecho.
No cierra los ojos.
¡Te espera!
Y perdón de pecados.

 

 

¡SEÑOR DIOS!


 
Te doy las gracias con el resto
de mi esmirriado cuerpo
y los soplos del alma enferma.
Esta carne etérea sin sangre,
los ojos escondidos
en los boquerones de mis cuencas. 

Con mi paso sujeto de ansias
afirmado por el pesar
de la vida que llevé,
mirar por última vez la lluvia benefactora
que despida mi alma. 

Colgué con gran esfuerzo mis ropas sin talla
trastabillando llegué a la ventana,
sentí fuerza, energía,
alargué mi mano,
mojé mi cara. 

Quise gritar, mis labios exangües
ahogaron mi grito en la garganta.

¡ESTUVISTE!


Con un temblor de cruces
entraste a mi habitación
dormida, tu voz sonó entera
y bella. 

Mi alma quedó intranquila
en el riachuelo de sueños 

Si un centelleo inocente
trasluce mi ventana 

el espejo sigue el reflejo
pienso que me llama 

Fue realidad estuviste
en mi habitación dormida...

 

 

ETERNIDAD


 

Ya ni su silencio espero
En las noches de tinieblas
habla en mis sueños
desde la eternidad. 

Ese amor se esculpió en mi piel
Fui cobarde a su alcance
¡ciega, trizada !  grito su nombre
se quiebran mis labios
se congela mi llanto 

Viviré con el alma a tientas
fatigando preguntas
inventando respuestas
a ese gozo del
tímido ciervo huí.

UN PEQUEÑO E INCORREGIBLE DESLUMBRAR

 

Un pequeño e incorregible deslumbrar
arrobaron los minutos de mi ser,
ese aroma ata mi culpa.
Fue maravilloso ¿Cómo ignorarlo?
 
Mis ojos me delatan
 
Seguiré plantando días
invitada a un recuerdo
Mis pensamientos son muy altos
se aferran siempre a mí

 

lunes, 7 de enero de 2013

CURRICULUM


Julieta Mahan Aranda nació en Valparaíso en 1915 y falleció el 25 de diciembre de 2012, en Viña del Mar. 
 
Cursó estudios en el Colegio Inglés de las Religiosas Pasionistas.
 
Participó en el Curso de Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso para Personas de la Tercera Edad, dictado por el profesor Augusto Sarrochi.
 
Perteneció a la Agrupación de Poetas Itinerantes Rubén Darío.
 
Publicó poemas en las antologías: “Zarpe de los Poetas Porteños”, “Reflejos Poéticos”, de ALIRE y “Luces de Valparaíso”.
 
En 1998 publicó el poemario “Pasos Esquivos”. Posteriormente hizo la publicación de su segundo libro, “Desvelos”.
 
Obtuvo el primer lugar en el Concurso Adulto Mayor 1994, organizado por la I. Municipalidad de Valparaíso y el primer lugar en los Juegos Poéticos de Invierno 1998, de la Sociedad de Escritores de Valparaíso.
 
Algunos de sus textos fueron dados a conocer en la revista La Mano, de Valparaíso.
 
Sus restos mortales descansan junto a su marido, en el Cuerpo 5, tumba 159 del Cementerio Nº 3 de Playa-Ancha, Valparaíso.
 
Leyendo un poema en Parque Rubén Darío, Valparaíso.
 
 
 
En Alemania, disfrutando la nieve.